Sin dudas el libro 1984, de George Orwell, es uno de los máximos exponentes de la falta de privacidad de las personas. Refleja como un partido político controla toda la vida de los ciudadanos de Londres. Los personajes del libro se ven condicionados a tener que hablar siempre a favor del partido y nunca teniendo pensamientos que puedan ir en contra.
Es así como los personajes principales de la historia, que son controlados por el “Gran Hermano”, tienen que esconderse para poder hablar tranquilos y relacionarse con libertad. Algo que pasa en la segunda parte del libro cuando se encuentran estos dos protagonistas en un bosque en el cual no había ni micrófonos ni tampoco tele pantallas. Este libro fue escrito entre el año 1947 y 1948, y ya por esos tiempos se suponía lo que iba a suceder en la actualidad.
Diego Armando Maradona, tranquilamente podría haber sido un ciudadano de esa ciudad y de ese entorno fantasioso que planteo Orwell. El máximo ídolo de los argentinos es una de las personas que más sufre la persecución de los medios. Al ser llamativo hace que cualquier percance que tenga en la vida o algún desliz que pueda tener se multipliquen el triple. Es conocido en todo el mundo y cuestionado en todos lados. Dentro de las canchas de fútbol tuvo una vida perfecta y para muchos fue el mejor, pero afuera de ellas es el más perseguido.
Los medios, con la facilidad que tienen en estos tiempos, de poder sacar una foto y subirla a internet o de poder filmar un video y que lo vea el mundo entero en 5 segundos, cada vez se meten más en la privacidad de las personas. Porque aunque estos personajes sean públicos no se tiene derecho a cuestionar todos los actos ó a no dejarlos vivir en paz.
En su momento se lo escrachó al enganche de Defensores de Belgrano, Ariel Ortega en boliches nocturnos con mujeres y borracho, se lo involucró en accidentes, con imágenes inéditas y defenestrándolo. A Diego Armando también le paso algo parecido, las drogas, el alcohol y todos los estragos que pudo haber tenido quedaron para siempre en la memoria de las cámaras o filmadoras.
Cuando Orwell pensó el libro, nunca supuso que la historia se podía dar en la vida real. Pero gracias a los medios, la vida privada de un famoso ya no es tan propia. Por el simple hecho de ser conocidos, estas personas son grabadas en situaciones incomodas, fotografiadas en momentos íntimos y mal tratados por todos.
Las 24 horas y los 365 días del año Maradona y su vida están expuestos.
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